Tenía pensado desde hace tiempo hacer esta ruta de Rivas hasta Torrecuadradilla y nada mejor que el viernes de las fiestas patronales para llevarla a cabo. La temperatura no era mala, pero daban previsiones de tormentas por la tarde y también viento del NE, es decir, justo de cara. Salí de Rivas a las 9:15h un poco más tarde de lo deseado, pero había margen. A los 10Km reventó una cubierta que estaba suplicando que la jubilara y gracias a Esther que se escapó de su teletrabajo pudo llevarme otra que tenía en casa y así, después de 2 horas y cuarto de retraso pude reanudar la marcha. Seguía habiendo margen para llegar de día, pero ya el comer en Brihuega o en Cifuentes quedaba descartado. tampoco pude comer antes porque pasado Loranca no hay más que un par de pueblo en el trayecto que tampco tenían bares abiertos. Así que al pasar a la altura de Brihuega me desvié para ver si había suerte y la hubo.

El viento me acompañó durante todo el camino y no precisamente para ayudar, así que visto el panorama subí la asistencia al pedaleo hasta un nivel que no suelo utilizar nunca, pero el esfuerzo para vencer el viento con un trasto que junto con las alforjas pesa más de 30Kg lo exigía.

Paré en Solanillos de nuevo y tras un reencuentro ameno con unas viejas amigas se alargó la estancia durante más de una hora. Ya no me quedaba más margen de tiempo y a eso de las 7 de la tarde retomé la ruta para hacer los 30Km restantes y subier un desnivel acumulado de casi 500 metros.

Menos mal que aunque el consumo de batería fue anormalmente excesivo tenía reserva para mantener la asistencia durante la subida desde Cifuentes y después a Canredondo; aún así la aportación calórica del ciclista fue de 3.500Kcal que requiere una recuperación de un par de días si puede ser con cerveza.

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